La firma

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La Firma

El despacho, en su actual configuración, nace en 2015, con la finalidad de reunir en un mismo espacio físico, y bajo una dirección común, a profesionales de la abogacía que habíamos mantenido una larga y fructífera colaboración a lo largo de varios años.

 

La diferente dedicación sectorial y la especialización mantenida durante su trayectoria profesional por cada uno de los siete letrados que actualmente integran la firma nos permiten abordar con solvencia la asistencia jurídica integral a nuestros clientes, sean empresas o particulares.

Nuestra firma se halla sólidamente implantada, y goza de notable prestigio y reconocimiento, en el ámbito geográfico más inmediato, que es donde se centra el mayor volumen de nuestra actuación, y en especial la de naturaleza litigiosa.

Pero, cada vez más, muchos de nuestros clientes desarrollan sus negocios o localizan sus actividades más allá de las fronteras nacionales y comunitarias. En esos casos, tratamos de darles también adecuado soporte jurídico, si es preciso con la intervención de despachos colaboradores ubicados en distintos países y continentes, que comparten nuestros valores y con los que mantenemos una fluida relación profesional.

Los clientes que nos otorgan su confianza depositan en nuestras manos valiosos y delicados intereses personales y patrimoniales, que merecen ser atendidos con la mayor solvencia posible.

Por ello, sólo podemos concebir y ejercer nuestra profesión guiados por el mayor nivel de exigencia, sin escatimar dedicación, tiempo ni esfuerzo a cada uno de los asuntos, huyendo de soluciones convencionales y valorando las específicas circunstancias y objetivos de cada caso, para idear y poner en práctica soluciones a medida. De ese modo entendemos la excelencia.

Defendemos, como valores esenciales y diferenciales del despacho a la hora de afrontar cualquier asunto, la amplia experiencia y la especialización de sus integrantes; la formación específica y continuada para actualizar y ampliar conocimientos y habilidades; y, en fin, la más absoluta implicación en la defensa de los intereses cuya tutela nos es encomendada.

En cada supuesto, calculamos el precio de nuestros servicios según los específicos parámetros concurrentes, y proponemos a quienes recaban nuestra intervención un presupuesto individualizado y ajustado, frecuentemente con un importe fijo y una parte a contingencia (se hace depender del resultado obtenido), como muestra de nuestra implicación y solidaridad con los clientes.

Admiramos sinceramente a los emprendedores; a los que tienen ideas y proyectos innovadores y tratan de convertirlos en una realidad; a quienes asumen el riesgo del fracaso al apostar por actividades que puedan generar negocio y riqueza para ellos y su entorno.

Nos apasiona apoyar a esos clientes, incluso con tarifas muy reducidas, desde sus primeros pasos, acompañarles en su crecimiento y ser partícipes de su suerte, Por ello mantenemos una especial e intensa dedicación a las empresas de reciente creación (“startups”) y al asesoramiento jurídico en nuevos proyectos empresariales, con singular relevancia en los campos de la propiedad intelectual e industrial